Director:
Julián Plana

Colaboradores:
Véase Página de Firmas

Producción:
Tarsis.net
La originalidad y la intención de Ortega no están en la primera parte de la frase, la anterior a la coma, sino en la posterior a esa coma.
De hecho, yo soy yo y mi circunstancia, que es una referencia al Ideen de Husserl, publicado meses antes (Ich bin ich und meine Umwelt), puede ser una sentencia disculpatoria: yo soy yo pero, claro, está también mi circunstancia...
Sin embargo, la frase completa de nuestro pensador nos obliga a la acción y nos hace responsables del resultado.
Estado de la Cuestión

El Periódico de Mañana


En 1942, Enrique Herreros publicaba una contraportada en La Codorniz. Exactamente la del número 50, de fecha 17 de mayo, siendo director Mihura.

Uno de sus barbados narirrojos está sentado a una mesa de un café, en la acera de una calle sin automóviles ni viandantes. La calle conduce a una pequeña plaza en la que se ven un par de árboles demasiado podados (como suele hacerse en muchas de nuestras ciudades) en los que las hojas nuevas se apiñan en el muñón. Y un monumento a un señor de levita en trance oratorio.

Apoyado en un lado de la entrada al interior del café, un camarero —el único personaje sin barba tendida de los seis en escena, incluyendo al del monumento— observa interesado a su quizá único consumidor (al menos en la terraza, ya que se ve otra mesa pero está vacía).

Su cliente tiene los brazos semiabiertos a la altura de los hombros y sus dedos están algo plegados; como si sujetaran algo invisible.

Frente a él, de pie, tres parecidos individuos de diferentes estaturas y sombreros (obsérvese que el cliente no parece usarlo), le miran con asombro. Incluso dos de ellos se mesan sus barbas.

Éste es el diálogo:

          —¿Qué haces?

          —Leo el periódico.

          —¿Qué periódico?

          —El periódico de mañana.

Si se sitúan en 1942 y piensan en la prensa española de entonces, no puede pasarles inadvertida la aparente descalificación de ésta por parte de Herreros.

Setenta años y tantos acontecimientos después, estamos en parecida actitud, aunque no sólo en aquel sentido ni sólo referida a nuestro país.

No sabemos, por muchas ideas que creamos tener algunos, cómo será el periódico de mañana. Naturalmente, todas las colaboraciones a este respecto serán muy bien venidas.

 Primera página

 

 

Una cita inoportuna:

“El infortunio de las facultades de Comunicación es que enseñan muchas cosas útiles para el oficio, pero muy poco del oficio mismo”.

Gabriel García Márquez, en un discurso que tituló El mejor oficio del mundo, pronunciado ante la 52ª Asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa, celebrada en Los Ángeles (Estados Unidos), el 7 de octubre de 1996.

 

 

IMAGINAR EUROPA, II

El crisol frío, el efecto bicicleta y el efecto Von Oosten, imaginación aplicada sistemáticamente
Visión y Misión

 IMAGINAR EUROPA, I

Pero «aquellos años» pasaban. ¿Y qué ocurría (o no ocurría)? ¿Por qué los componentes de Europa se agitaban en el crisol sin que se produjera la síntesis que esperábamos?

Es posible que faltara temperatura, que faltaran algunos elementos —gran parte de la Europa Central y la del Este, «hermanos separados» de una versión política de las guerras de religión en la Europa de entonces— y, sobre todo, que no acudiéramos al Método Técnico, la técnica intelectual adecuada, la Ilustración de hoy, y que por ello no consiguiéramos, ni conseguimos aún hoy, imaginar cómo seremos dentro de 20 ó 30 años, como Francesco Alberoni advierte que hay que hacer.

(Si se me permite por un momento el zoom hacia un detalle de la fotografía, no sé si no nos estaba y está sucediendo algo muy parecido Pirineos abajo. En febrero del 85, un grupo variopinto de intelectuales se reunió en Girona para intentar una «redefinición de España». No se pasó de un pintoresco prólogo y la prensa de casi todas las tendencias se cebó incomprensiblemente en el objeto de la reunión). ¡Pero es que uno de los principios y uno de los más interesantes sectores del Método Técnico, la Innovación, la Creatividad, es precisamente la Redefinición! Las definiciones caducan, como los yogures, pero pueden perpetuarse, también como pasa con los yogures, a través de la redefinición, utilizando fermentos aún activos, aún no pasados (pero que pueden «pasarse» y acabar por ser inútiles).

El efecto bicicleta y el efecto Von Osten

George Prince dice que cuando los individuos intentan trabajar en grupo (e incluso “en equipo”, aun siendo éstos conceptos diferentes), hay fuerzas poderosas que actúan para neutralizar el valor de estimulo de la creatividad.

Por ejemplo, un hombre dijo:

El problema del hambre en el mundo está completamente resuelto. Si no se pone remedio es sencillamente por una razón: es que, al parecer, no queremos.

Pocos meses, casi semanas, después de decirlo, moría a balazos por la espalda; y no se sabe quién, en realidad, disparó aquel, o aquellos, rifles de mira telescópica, incluso después de la que ha sido sin duda la investigación criminal más costosa y más controvertida de la Historia. Fue el presidente más joven de su país y se llamaba John Fitzgerald Kennedy.

No podemos seguir aplazando, negándonos a confrontar los grandes temas sólo con el pretexto del «día a día»: subvenciones, inhibitorias siempre de la creatividad y muchas veces contradictorias; presupuestos independientes y freno de excedentes. Nos vamos a caer de la bicicleta, por mirar a la rueda, sólo al presente (al presente imperfecto); nos vamos a perder, o ambas cosas, porque todos hemos experimentado que se va hacia donde se mira.

Miremos, pues, hacia donde queremos ir. Averiguándolo, imaginándolo, previa y técnicamente, puesto que, si no vemos Europa, mal puede liberarse (que es, obviamente, una palabra positiva) el efecto Von Osten (o Inteligente Hans), según el cual los resultados tienden hacia las expectativas finales. Lo que se llama en new age la Ley de la Atracción. Imaginémoslo vívidamente, detalladamente, repetidamente, y se nos dará, porque la visión, la visualización consciente, desencadenará nuestra misión, que llevaremos a cabo inexorablemente.

Por cierto, nada que ver con el ensueño de los “brotes verdes”, ya que se trata de imaginar, formalmente, las expectativas finales y de permitirnos irlas construyendo a la velocidad progresivamente acelerada de la misión, del entusiasmo, como lo llamaban los griegos antiguos (en-zeus).

No confiemos, perezosamente, en el «sentido de la Historia», cuando ya la mecánica cuántica nos ha mostrado que ello es no-determinante, «el campo de todas las posibilidades»; incluso las peores.

Imaginación aplicada sistemáticamente

La Redefinición supone momentos no exentos de cierta angustia. Cuando se sospecha que la imagen que proyectamos en una pantalla no está del todo enfocada (que es cuando decimos precisamente que le falta definición) y actuamos sobre las lentes, suelen producirse imágenes aun más borrosas; alguien dice: pero si ya se veía bien; otro desanima: ¡Dónde vas!

La visión en la pantalla se mejora y se empeora provisionalmente, pero se mantiene la intrepidez —porque ésta sí debe ser resuelta— de que lo hacemos para enfocar la imagen, para redefinirla al máximo. Y casi siempre lo conseguimos.

¿Sabemos realmente qué es Europa? ¿La vemos clara? ¿La tenemos enfocada en nuestra imaginación? ¿Apreciamos distintivamente sus futuros detalles, administración común, límites, relación con el entorno, selección auténtica de sus políticos y funcionarios?

La técnica de los microprocesadores puede ayudar a efectuar un complicado cálculo de miríadas de variables que llevaría años de otra manera, una vez lograda la adecuada programación. Del mismo modo, la Innovación, la Creatividad, el Método Técnico (paralelo y distinto al Método Científico), puede y debe ayudarnos decisivamente a:

1. Enfocar y redefinir todo aquello que «no acabamos de ver claro», la imprescindible visión de nuestra patria europea, y

2. Enseguida, a formular y cumplir nuestra misión.

Primera Página

Sí, sí, "cuentos"...

EL AMISTOSO EXTRATERRESTRE

Del libro CREATIVIDAD EN LA GESTIÓN.

El agradable individuo verde, de orejas en forma de trompetita y sensibles antenas, entrecerró sus enormes ojos dorados y se arrellanó en el sillón.

En pijama, en los otros asientos, estaban todos los miembros de la familia Pérez, ganados por la amabilidad del extraño visitante.

En el jardín, estaba el vehículo circular, irisado, al que un compañero del agradable extraterrestre estaba sometiendo a una pequeña reparación.

Felizmente, el visitante hablaba nuestro idioma, posiblemente aprendido para su misión en este planeta.

Los doce dedos de una de sus manos sostenían el zumo de naranja al que le había invitado la señora Pérez, sin decidirse a beberlo.

¿Les necesitamos, para aprender a pensar así?

–Díganme, ¿cuál es el mayor problema que aflije (sic) a su país?

El señor Pérez consultó a su mujer con la mirada y ella dijo:

–Pues, el paro.

–El, ¿qué? Perdónenme, pero mi vocabulario tiene alguna carencia.

–Que no hay trabajo –aclaró el señor Pérez.

–¡Ah! –dijo el amistoso extraterrestre maravillado–, entonces, ¿en su país ya está todo hecho?

 

JP, 1988

 

Primera Pagina

 

 

Lo fácil se derrumba…

 …y lo difícil permanece.

 

Ciudad visigoda de Recópolis, Guadalajara. Foto: Lola Fernández

Esta foto de Lola se une a los recuerdos de, por ejemplo, la Cartuja de Escala Dei, en el Priorato catalán.

En los arcos de medio punto, todas las piedras son claves. Aquellos canteros tenían una sólida (y nunca mejor aplicable este adjetivo) formación y una vigilada experiencia, adquiridas en los famosos gremios. Éstos eran, además de asociaciones de difícil ingreso, escuelas de formación profesional asimismo de nada fácil acceso y fuerte compromiso de secreto profesional. Formación y grado de experiencia que evidentemente no parecían necesarios para simplemente levantar muros.

Cartuja de Escala Dei, Tarragona

Toda una lección en pie para nuestros jóvenes, que se nos dice que, durante la fiebre inmobiliaria, abandonaban sus estudios para trabajar como peones en la construcción.

Familias y jóvenes deben sacrificarse para que éstos den por terminados sus estudios y su formación lo mas tarde posible, y los estén aprovechando al máximo. Idiomas en vez de botellón. Formación Profesional Superior en vez de «peonaje y luego ya»…

Y luego ya, ¿qué? Difícil reconversión personal, desempleo, emigración de bajo nivel.

No puede volver a pasarnos. La maldición del «y luego ya» no debe transmitirse a otra generación.

Recordémoslo.

Nunca más.

JP

 

Primera Página