Director:
Julián Plana

Colaboradores:
Véase Página de Firmas

Producción:
Tarsis.net
La originalidad y la intención de Ortega no están en la primera parte de la frase, la anterior a la coma, sino en la posterior a esa coma.
De hecho, yo soy yo y mi circunstancia, que es una referencia al Ideen de Husserl, publicado meses antes (Ich bin ich und meine Umwelt), puede ser una sentencia disculpatoria: yo soy yo pero, claro, está también mi circunstancia...
Sin embargo, la frase completa de nuestro pensador nos obliga a la acción y nos hace responsables del resultado.

IMAGINAR EUROPA, II

El crisol frío, el efecto bicicleta y el efecto Von Oosten, imaginación aplicada sistemáticamente
Visión y Misión

 IMAGINAR EUROPA, I

Pero «aquellos años» pasaban. ¿Y qué ocurría (o no ocurría)? ¿Por qué los componentes de Europa se agitaban en el crisol sin que se produjera la síntesis que esperábamos?

Es posible que faltara temperatura, que faltaran algunos elementos —gran parte de la Europa Central y la del Este, «hermanos separados» de una versión política de las guerras de religión en la Europa de entonces— y, sobre todo, que no acudiéramos al Método Técnico, la técnica intelectual adecuada, la Ilustración de hoy, y que por ello no consiguiéramos, ni conseguimos aún hoy, imaginar cómo seremos dentro de 20 ó 30 años, como Francesco Alberoni advierte que hay que hacer.

(Si se me permite por un momento el zoom hacia un detalle de la fotografía, no sé si no nos estaba y está sucediendo algo muy parecido Pirineos abajo. En febrero del 85, un grupo variopinto de intelectuales se reunió en Girona para intentar una «redefinición de España». No se pasó de un pintoresco prólogo y la prensa de casi todas las tendencias se cebó incomprensiblemente en el objeto de la reunión). ¡Pero es que uno de los principios y uno de los más interesantes sectores del Método Técnico, la Innovación, la Creatividad, es precisamente la Redefinición! Las definiciones caducan, como los yogures, pero pueden perpetuarse, también como pasa con los yogures, a través de la redefinición, utilizando fermentos aún activos, aún no pasados (pero que pueden «pasarse» y acabar por ser inútiles).

El efecto bicicleta y el efecto Von Osten

George Prince dice que cuando los individuos intentan trabajar en grupo (e incluso “en equipo”, aun siendo éstos conceptos diferentes), hay fuerzas poderosas que actúan para neutralizar el valor de estimulo de la creatividad.

Por ejemplo, un hombre dijo:

El problema del hambre en el mundo está completamente resuelto. Si no se pone remedio es sencillamente por una razón: es que, al parecer, no queremos.

Pocos meses, casi semanas, después de decirlo, moría a balazos por la espalda; y no se sabe quién, en realidad, disparó aquel, o aquellos, rifles de mira telescópica, incluso después de la que ha sido sin duda la investigación criminal más costosa y más controvertida de la Historia. Fue el presidente más joven de su país y se llamaba John Fitzgerald Kennedy.

No podemos seguir aplazando, negándonos a confrontar los grandes temas sólo con el pretexto del «día a día»: subvenciones, inhibitorias siempre de la creatividad y muchas veces contradictorias; presupuestos independientes y freno de excedentes. Nos vamos a caer de la bicicleta, por mirar a la rueda, sólo al presente (al presente imperfecto); nos vamos a perder, o ambas cosas, porque todos hemos experimentado que se va hacia donde se mira.

Miremos, pues, hacia donde queremos ir. Averiguándolo, imaginándolo, previa y técnicamente, puesto que, si no vemos Europa, mal puede liberarse (que es, obviamente, una palabra positiva) el efecto Von Osten (o Inteligente Hans), según el cual los resultados tienden hacia las expectativas finales. Lo que se llama en new age la Ley de la Atracción. Imaginémoslo vívidamente, detalladamente, repetidamente, y se nos dará, porque la visión, la visualización consciente, desencadenará nuestra misión, que llevaremos a cabo inexorablemente.

Por cierto, nada que ver con el ensueño de los “brotes verdes”, ya que se trata de imaginar, formalmente, las expectativas finales y de permitirnos irlas construyendo a la velocidad progresivamente acelerada de la misión, del entusiasmo, como lo llamaban los griegos antiguos (en-zeus).

No confiemos, perezosamente, en el «sentido de la Historia», cuando ya la mecánica cuántica nos ha mostrado que ello es no-determinante, «el campo de todas las posibilidades»; incluso las peores.

Imaginación aplicada sistemáticamente

La Redefinición supone momentos no exentos de cierta angustia. Cuando se sospecha que la imagen que proyectamos en una pantalla no está del todo enfocada (que es cuando decimos precisamente que le falta definición) y actuamos sobre las lentes, suelen producirse imágenes aun más borrosas; alguien dice: pero si ya se veía bien; otro desanima: ¡Dónde vas!

La visión en la pantalla se mejora y se empeora provisionalmente, pero se mantiene la intrepidez —porque ésta sí debe ser resuelta— de que lo hacemos para enfocar la imagen, para redefinirla al máximo. Y casi siempre lo conseguimos.

¿Sabemos realmente qué es Europa? ¿La vemos clara? ¿La tenemos enfocada en nuestra imaginación? ¿Apreciamos distintivamente sus futuros detalles, administración común, límites, relación con el entorno, selección auténtica de sus políticos y funcionarios?

La técnica de los microprocesadores puede ayudar a efectuar un complicado cálculo de miríadas de variables que llevaría años de otra manera, una vez lograda la adecuada programación. Del mismo modo, la Innovación, la Creatividad, el Método Técnico (paralelo y distinto al Método Científico), puede y debe ayudarnos decisivamente a:

1. Enfocar y redefinir todo aquello que «no acabamos de ver claro», la imprescindible visión de nuestra patria europea, y

2. Enseguida, a formular y cumplir nuestra misión.

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