Director:
Julián Plana

Colaboradores:
Véase Página de Firmas

Producción:
Tarsis.net
La originalidad y la intención de Ortega no están en la primera parte de la frase, la anterior a la coma, sino en la posterior a esa coma.
De hecho, yo soy yo y mi circunstancia, que es una referencia al Ideen de Husserl, publicado meses antes (Ich bin ich und meine Umwelt), puede ser una sentencia disculpatoria: yo soy yo pero, claro, está también mi circunstancia...
Sin embargo, la frase completa de nuestro pensador nos obliga a la acción y nos hace responsables del resultado.

Cana Maktub. Estaba escrito

De Alberto Boutellier  
 

Pues bien, éste es evidentemente un libro especial.Cana Maktub

Un libro raro, para los tiempos que corren. Y, por consiguiente, inestimable, es decir, tan valioso que no puede ser estimado como corresponde (DRAE).

Su escritura es casi onírica de tan… naturalista. Los sucesos son descritos con la misma naturalidad y detalle con la que se suceden o se evocan. Su raui, narrador, no los juzga, como no pueden ser juzgados los sueños, ni cuando son pesadillas.

Esta prosa enlaza, pues, con la de los naturalistas, en tantos periodos de tiempo prohibidos eclesiástica y civilmente, por ejemplo en España, por su descarnada visión de los hechos. Una visión la de Zola, por ejemplo, primordial, voluntariamente irreflexiva y desconsecuente (aunque este término aún no figure en el DRAE). La expresión de Cana Maktub parece, como digo, tan involuntariamente irreflexiva como la de los sueños.

Parece que Alberto no haya escrito sino dictado, encantado, como decimos en catalán cuando alguien se queda absorto. Su libro, que no es el primero, parece no haber sido corregido, ni repasado. Narra, al costo, sus recuerdos africanos, ceñidos al Rif, donde fue funcionario del Protectorado.

albertoboutellier_Alberto B.Le llamo “Alberto” (no, Raui, narrador, como sus posteriores amigos), porque fuimos compañeros de curso, y en algún momento de pupitre doble, hace setenta años (o casi), en una Lleida en la que la catedral era todavía fortaleza y cuartel, desde aquel 1714.

Era tan vital como ahora, que está organizando una plataforma cívica regeneradora en el municipio donde vive su retiro.

Pero volvamos a este libro especial, bellísimo, durísimo, abrasado por el sol y la terrible historia de una región africana donde la sangre de unos y otros (pero sobre todo la de la de los soldados españoles, que llevaron con mucho la peor parte) parecía no tener valor, comparado con el de las acciones de “Minas del Rif”.

Los poblados donde el joven funcionario Boutellier desempeñó su misión, sólo una generación más tarde, son fácilmente localizables en el mapa de la guerra aquella; así, Nador, Tistutin, Ben Tieb, Driuch, Monte Arruit…RIF3

Donde “trabajaban los barberos rapando las cabezas –fórmula definitiva para ahuyentar los piojos-; se sacaban las muelas y se practicaban las sangrías en el cuello, así como escoriaciones frontales para aliviar las neuralgias”…

“Alguna cabeza de camello prendida de un gancho, con sus enormes ojos y largas pestañas caídas, y sus morros colgando flácidos, actuaba de cartel anunciador de la venta de la carne del ejemplar expuesto”…

Cítaría párrafos realmente sobrecogedores, pero no me atrevo a sacarlos de su contexto.

 

JP

 

ISBN: 978-84-616-4897-9

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